Llegado
el final de este curso, como seguramente sabréis, cambiará todo el
actual equipo de asesorías de formación del profesorado y dirección
del CEFIRE de Elda. Vuelvo a mi centro con ilusión pero también
preocupado por retomar, después de quizás demasiado tiempo,
una responsabilidad cara a cara con los grupos de secundaria con los
que me voy a encontrar.
Aunque
siga manteniendo los blogs Linguelda,
Coeduelda y English
Elda a título personal, el tiempo y las circunstancias dirán si
con similar periodicidad de entradas o con un cambio de enfoque, me gustaría enviar un hasta luego y,
sobre todo, dar las gracias a todas las personas que han tenido que
ver conmigo, con lo que hago y con lo que soy, con mi enriquecimiento
profesional y personal, durante este periodo. Son muchas y sería
injusto nombrar a unas y olvidar a otras. Hacia todas ellas va mi
agradecimiento.
Nuevas
compañeras y compañeros asumirán la labor que hemos desarrollado a
lo largo de estos años, con ganas, con puntos de vista diferentes y
originales. Les deseo todo el éxito y que marquen en el CEFIRE su
propia impronta, teniendo siempre en la mente el servicio al
profesorado y, en definitiva, al alumnado, principal beneficiario de
unos y unas docentes con buena formación.
Se
trata de una tarea apasionante y con grandes posibilidades de
descubrir fantásticas experiencias educativas, a menudo insospechadas para quien
no tiene la oportunidad de salir de su propio centro. Una tarea muy
desconocida por el resto de compañeros y compañeras, farragosa a
veces, demasiadas, exigente, como todas las que nos proponemos
sacar adelante de la mejor manera. Una tarea que, al
menos en un principio, se verá aún complicada por haberse
decidido una renovación total, así es en nuestro caso, y que, por
ello, exigirá la comprensión de todos y todas desde nuestros
centros.
No
me resisto a incluir aquí un párrafo presente en nuestra carta de
despedida como equipo, que expresa a la perfección lo que siento.
"Decía
un poeta que Las manos que dicen adiós son pájaros que van
muriendo lentamente. Quiero creer, sin embargo, que nuestras
manos, como aves migratorias, trasladan parte de lo que han
construido junto a vosotras y vosotros a otros paisajes y que, lejos
de morir, perviven en nuestros recuerdos y también en nuestras
ilusiones.
Ha
sido un verdadero placer compartir ambos".
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