Preguntar a nuestro alumnado de secundaria, y aún me atrevo a decir de primaria, si sabe leer parece una cuestión destinada a herir sensibilidades más que a constatar la limitación de lo que aquél entiende por lectura. Sin embargo, en muchas ocasiones somos testigos en el aula de una lectura a modo de traducción automática de signos gráficos, que no se plantea, por un lado, una voluntad de entender y, por otro, una voluntad de entenderse o de implicar la propia y valiosa experiencia con lo leído.
La siguiente práctica, que podéis encontrar en Leer.es, se plantea algo de lo que comento. Puede serviros para daros ideas, conseguir implicar de una forma más estrecha con lo leído y, a través de este mayor compromiso, mejorar la comprensión lectora y hacerla más significativa personalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario